El debate sobre el futuro de los libros de texto tradicionales continúa intensificándose en Venezuela. Un número creciente de escuelas y universidades están optando por materiales educativos digitales, incluyendo libros electrónicos, plataformas interactivas y recursos en línea. Esta transición, impulsada por la creciente accesibilidad a dispositivos electrónicos y la búsqueda de métodos de enseñanza más dinámicos, plantea interrogantes sobre el rol del libro físico en la formación de las nuevas generaciones.
Si bien la digitalización ofrece ventajas como la portabilidad, la interactividad y la posibilidad de acceder a información actualizada de forma instantánea, también presenta desafíos significativos en un país donde la conectividad a internet y el acceso a dispositivos no son uniformes. Padres, docentes y estudiantes expresan preocupaciones sobre la equidad en el acceso, la necesidad de desarrollar habilidades de alfabetización digital y el posible impacto en la concentración y la salud visual.
«Es innegable que los recursos digitales ofrecen muchas posibilidades,» afirma Luis González, padre de un estudiante de primaria en Maturín. «Pero me preocupa que no todos los niños tengan las mismas oportunidades de acceder a ellos. Necesitamos soluciones que garanticen la igualdad.»
Iniciativas locales y nacionales están en marcha para dotar a las escuelas de infraestructura tecnológica y capacitar a los docentes en el uso de herramientas digitales. Sin embargo, la transición completa al material educativo digital requiere una planificación cuidadosa y una inversión sostenida para superar las brechas existentes y asegurar que ningún estudiante quede rezagado en esta nueva era de la educación.